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sábado, 8 de mayo de 2010

Publicidad y moda



No cabe duda de que la publicidad está íntimamente relacionada con la moda, puesto que crea, en los potenciales consumidores, necesidades artificiales; están, indudablemente, se encuentran emparentadas e indeleblemente vinculadas con el consumo, actividad comercial que se encuentra indisolublemente adherida a esta era postmoderna y globalizada.

Hoy, la publicidad bombardea, de la misma manera, a los hombres y a las mujeres. Esta ciencia de vida crea, fundamentalmente, necesidades artificiales en los posibles usuarios. Para ello se vale de los medios masivos de comunicación, claves en su éxito.

...“La obsesión masculina por el cuerpo se fraguó en la década de los 80, cuando los varones comenzaron a ser bombardeados por la publicidad de la industria de la moda y la cosmética, ansiosa por explotar el bolsillo de un nuevo y potencial consumidor.

Por su parte, las mujeres empezaron a dirigir su apetencia sexual hacia un tipo de hombre con rasgos estéticamente perfectos. Ante estas presiones, al hombre no le quedó más remedio que apretarse el cinturón y subirse al tren de la estética”...


El uso del tatuaje. Este no es más que la creación de dibujos indelebles en la piel, mediante la inserción de colorantes bajo la epidermis. Esta ciencia estética es considerada por muchos como algo meramente decorativo. Sin embargo, se remonta, prácticamente, al origen de la historia.

Recordemos que en diversas culturas de antaño (de hace más de 5.000 años) ya se practicaba. El término tatuaje deriva de la palabra polinesia Ta-tau, que significa marcar sobre la piel. Los antiguos egipcios y numerosos pueblos sudamericanos y orientales (como la China, India o Japón), utilizaron los tatuajes como signos de distinción social.


El uso del piercing, especie de placa metálica o de pelotica que se coloca en diversas partes y músculos del cuerpo. Muchos adolescentes – como parte de una moda que se ha hecho epidémica - se lo mandan a colocar en la lengua, en el ombligo, en el cuello, en las cejas y hasta en las orejas. Esto se puede palpar en cualquier parte del mundo.

Ya sea por moda, o por irreverencia, gran parte de nuestros jóvenes se matan por llevar este distintivo en cualquier parte de su cuerpo, pese a lo doloroso que pueda resultar su inserción y posterior colocación... Todo sea por estar a la moda y por estar en consonancia con los demás.

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