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jueves, 22 de abril de 2010

Contraste simultáneo:

Entendemos por contraste simultáneo el fenómeno según el cual nuestro ojo, para un color dado, exige simultáneamente el color complementario y, si no le es dado, lo produce él mismo. La experiencia prueba que la ley fundamental de la armonía coloreada encierra en sí la realización de la ley de los complementarios. El color complementario engendrado en el ojo del espectador es una impresión coloreada pero no existe en la realidad. No se puede fotografiar. El contraste simultáneo y el contraste sucesivo tienen seguramente el mismo origen.

Hagamos la experiencia siguiente : sobre una superficie cubierta de un color fuerte pintemos, un pequeño cuadrado negro. Coloquemos encima un papel de seda transparente ; si la superficie es roja, el espectador tiene la impresión de ver un cuadrado verde en vez del negro. Si la superficie es verde, el cuadrado parece rojizo ; si es violada, el cuadrado negro parece amarillento y si la superficie es amarilla, el cuadrado parece violaceo. Cada color produce simultáneamente su color opuesto.

Las figuras 1 a 6 muestran esta experiencia realizada de otra manera. Seis cuadrados de color puro encierran cada uno un pequeño cuadrado gris cuyo grado de claridad corresponde al del color puro sobre el cual está colocado. Cada uno de estos pequeños cuadrados brilla con un color que, de hecho, es el color complementario del color de base. Cuando se mira a un color, conviene tapar todos los demás y aproximar el rojo lo más posible al cuadrado que se mira. Los efectos simultáneos son tanto más fuertes cuanto más tiempo se mire fijamente el color principal y cuanto más brillante sea éste. El efecto queda reforzado cuando se ilumina por delante el color fundamental y cuando la imagen de la experiencia es examinada un poco por encima de la altura de los ojos, es decir cuando el conjunto se observa con una iluminación oblicua.
Puesto que el color engendrado no existe realmente pero aparece en el ojo, produce en nosotros una impresión de irritación y de vibración viva cuya fuerza cambia constantemente. Después de cierto tiempo parece que disminuye la intensidad del color de base, el ojo se cansa, mientras que la impresión dada por el color engendrado simultáneamente se hace más fuerte. El efecto simultáneo no sólo se produce entre un gris y un color puro sino también entre dos colores puros que no son totalmente complementarios. Cada uno de los dos colores intenta empujar al otro hacia su color complementario y, casi siempre, ambos colores pierden sus caracteres verdaderos y parece que irradian según nuevos efectos. Los colores parecen adquirir una luminosidad particularmente dinámica. Desaparece su estabilidad y se hacen pábulo de las vibraciones más variadas. Pierden su carácter objetivo para desplegar efectos de naturaleza irreal, adquiriendo así una nueva dimensión. El color queda como desmaterializado y se hace perfectamente válida la frase : « la realidad de un color no siempre es idéntica a su efecto ».
El efecto simultáneo es de gran importancia para todos aquellos que tratan con los colores. Decía Goethe : « Gracias al contraste simultáneo el color se presta al uso estético ».

La figura 7 (arriba) muestra tres cuadrados grises en un cuadrado anaranjado. Hemos empleado aquí tres tonos distintos de gris pero muy próximos. El efecto que produce cada tono de gris es diferente: así, el primer gris contiene un poco de azul y refuerza el efecto simultáneo; el segundo gris es neutro y se modifica simultáneamente; el tercer gris contiene algo de anaranjado y es completamente inadecuado para producir un efecto simultáneo, es imposible que se modifique. Esta experiencia pone de manifiesto el hecho de que se puede reforzar el efecto del contraste simultáneo o suprimirlo con métodos oportunos y apropiados.

Es importante saber en que condiciones se puede provocar el efecto simultáneo o se debe suprimir. Hay muchas composiciones de colores que no soportan el efecto del contraste simultáneo. Hace unos años, un fabricante de telas para corbatas me mostraba con desesperación unos cientos de metros de tela cara que no conseguía vender pues las rayas negras tejidas sobre un fondo negro parecían verdes en vez de negras y el tejido producía una vibración desagradable. El efecto simultáneo era tan fuerte que el comprador defendía que se había empleado hilo verde en vez de hilo negro. Si el fabricante hubiera empleado un hilo pardo-negro en vez de un hilo azul-negro, hubiera quedado eliminado el efecto simultáneo y se hubiera ahorrado la pérdida del material.

Existe también la posibilidad de emplear los colores que ofrecen un peligro según los grados de claridad distintos. En cuanto un contraste claro-oscuro aparece, la modificación simultánea se hace más difícil.
Los efectos simultáneos nacen también entre los colores puros si, en vez de emplear el color complementario al primero, se toma un color que en el círculo cromático de doce zonas se encuentra a su derecha o a su izquierda. Para el violado, no se tomará amarillo ; se elegirá el amarillo para el rojo-violado o para el azul-violado. Si se quiere reforzar el efecto del contraste simultáneo, se emplearán las posibilidades que ofrece el contraste cuantitativo.
Siempre es prudente mezclar previamente en un esbozo los colores que se van a usar en una composición : se podrá juzgar los efectos de color antes de pasar a la realización de la composición.

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